El Mosquitero

Un bloguer-camionero. Sin más…

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Carta de los Reyes Magos a la esposa de Antonio E. Zafra

A la Ilustrísima atención de Jovita G. A.

Querida y muy amada niña. Te escribimos esta misiva para que sepas que tampoco este año nos hemos olvidado de ti. Sabemos que este año te has esforzado muchísimo para acabar esa Licenciatura Química que tanto se te ha atragantado. Por eso hemos decidido que como premio te merecías estas pocas palabras que el bueno de tu marido nos ha permitido publicar en su blog.

Nos dice que no te preocupes, que para eso de las cinco o las seis de la tarde estará ya en casa, aunque le apena no poder estar hoy contigo en ese ensayo general de mamá que hoy tienes con Adrià, el hijo de unos buenos amigos que por trabajo no pueden llevarlo a vernos a la cabalgata del pueblo esta tarde.

Ya sabemos que aún no hemos respondido a esas insistentes cartas en las que los dos, tu marido y tú, nos pedís de regalo ese ansiado niño que tanto esperáis. Tenéis que tener un poco más de paciencia ya que en realidad sólo nos habéis mandado dos cartas y hay veces en las que encontrar el niño perfecto para cada familia cuesta un poquito más que en otras.

Nos pide también que te recordemos que el regalo que te dejamos a los pies del árbol de Navidad el pasado Sábado no se puede abrir hasta mañana. Ya sabemos que es complicado de aceptar eso de tener dos días especiales, como lo son el cumpleaños y la fiesta de los Reyes Magos, solapados en un mismo día como lo es el seis de Enero y que por eso tienes algo de resquemor no con nosotros, sino con algo tan nimio como lo es el Roscón de Reyes, pero te pide que no pongas tan mala cara cuando alguien decide sacar uno de esos pasteles al mismo tiempo que tu tarta de cumpleaños.

Nosotros por nuestra parte te recordamos que tú misma eres un precioso regalo viviente que le hicimos hace unos cuantos años a tus padres y que por tanto debes ser un poco más transigente con las tradiciones de la fiesta de los Reyes, aunque para ti supongan un pequeño y pasajero fastidio que siempre es temporal e insignificante.

Queremos también que pongas a Adrià a leer esta carta ya que sus padres, Jose Luis e Inma, nos han dicho que está empezando a leer y que los tiene fritos con eso de leer todas las etiquetas del supermercado. Adrià, sabemos que esta tarde la tía Jovi te llevará a vernos en la cabalgata del pueblo. Esperamos que este año te hayas portado de maravilla, aunque eso ya lo hablaremos esta tarde con los papis. No nos gustaría tener que llevarte carbón, aunque ya sabes que siempre se nos acaba cayendo algún juguete de los camellos, que por casualidad acaba en poder de alguien a quien le hemos llevado carbón. Así que no te preocupes y pórtate bien aunque solo sea esta tarde. Mañana seguro que tendrás tu recompensa.

Querida y licenciada Jovi volvemos a hablar contigo. Nosotros, los tres Reyes Magos, sabemos reconocer a las buenas personas y tú aunque no lo creas eres de las mejores. Sabemos de tu tolerancia hacia los demás, de tu generosidad y de la tranquila alegría con la que afrontas todos los retos que la vida te va poniendo por delante. Por eso hemos creído necesario escribirte esta carta. Para que sepas y tengas presente que siempre, las buenas acciones, tienen su especial recompensa, aunque ésta sea la de una sencilla carta como la que ahora te hemos dedicado. Sabemos que sabes valorar las pequeñas cosas que se hacen con el corazón y que esa es una de las características por las que siempre hemos intentado portarnos bien contigo, así que estamos seguros de que sabrás apreciar el esfuerzo que tu marido ha puesto en la idea de que nosotros te dedicáramos estos pocos minutos en exclusiva y que sabrás agradecérselo con un buen solomillo con patatas fritas para cenar esta noche (entre nosotros, no es pillo ni na el payo jejeje).

Ah! se nos olvidaba, feliz cumpleaños con un día de antelación querida niña y que tus sueños, incluso esos de tener un renacuajo por casa este año, se te cumplan a placer.

De los tres Reyes Magos para una mujer excepcional como tú lo eres.

Carta a Papá Noel

Querido Papá Noel, soy Toni de pequeño, ese mismo al que hace unos años no le trajiste uno de los regalos que te pidió. Bueno, pues en aquel entonces sólo se me ocurrió una forma de protestar, que finalmente creo no fue la más indicada, ya que no tuve el éxito que esperaba y mi petición no fue nunca atendida.  Hoy, años más tarde y con pelos en los huevos, he decidido hacerte llegar una prueba de mi protesta y una sincera petición de regalo que espero no pases por alto esta vez.

Durante años te habrás preguntado qué le pasó a aquel reno encargado de representar el trueno, Donner creo que se llamaba, que un día desapareció sin saber muy bien cómo y que no dejó pista alguna sobre su paradero. Seguramente habrás estado todo este tiempo pensando en él y añorándolo, porque aunque en realidad sólo era un simple reno, el tenerlo a tu lado te reconfortaba y alegraba alguno de los eternos instantes en los que tú vives.

Bien, lamento contarte que Donner la palmó. Compartió conmigo esos últimos instantes de su vida y no sufrió nada de nada. Aquí te dejo la prueba gráfica de lo que te cuento y que conseguí gracias a la colaboración de mi padre, que fue quien me hizo la foto.

UnRenoMenos

Como ves ahora estamos en paz. Tú me negaste uno de mis regalos y yo te negué uno de tus renos. Ahora a los dos nos falta uno y los dos comprendemos cuan importantes pueden ser esos unos. Por tanto aquí va mi petición para este año.

Que haya paz en el mundo.

Atentamente Toni, el que no olvida.

Micro-biografía de Antonio E. Zafra

17 de Mayo de 1976.

Por primera vez veo la luz del Sol. En realidad es un enorme foco que ilumina mi salida del útero materno, pero eso lo sabre años más tarde. El médico me propina unas palmaditas en el culete. Son el preludio de las ostias que más tarde me dará la vida. Por primera vez siento el amor materno y paterno a través de los brazos de éstos. Ya estoy aquí.

Niñez.

Mi principal preocupación en la vida es jugar. Detesto estudiar pero apruebo con notas medias de ‘bien’.Deseo ser mayor. Los días se me hacen eternos esperando todos y cada uno de los cumpleaños. Más tarde comprenderé que no hacía falta crecer tan rápido. Mis días transcurren en una plaza repleta de un griterío apabullante de niños que sólo desean pasárselo bien.

Fin de la Educación General Básica.

Llega el momento de elegir destino en el tren de la vida. Por primera vez no se qué hacer. Decido cursar el Bachillerato. Chicas, centenares de chicas a mi alrededor. La testosterona me desborda. No atino una con las clases. Suspendo. Finalmente me dispongo a realizar el primero y mayor de los errores que cometeré en mi vida. Decido abandonar los estudios y acabo cogiendo naranja para la cooperativa del pueblo. Mi destino está marcado (o eso creía entonces). Comienza la vida laboral de un camionero.

Adolescencia.

Llega la rebeldía. Pasotismo. Necesidades no comprendidas por mis padres. Esclavitud en un bar de la familia. Fiesta. Discotecas y marcha a tutiplén. Primeras y últimas peleas de pandillas. El mundo es un lugar de diversdión donde no caben preocupaciones. Soy yo y mis circunstancias. La vida, como diría aquel mítico locutor de la tele, puede ser maravillosa.

Servicio Militar Obligatorio.

Terror. Me he pasado la vida temiendo la llegada de este día. He escuchado miles de historias, miles de novatadas. Alivio. No era para tanto, he descubierto magníficos mandos, magníficos compañeros, magníficos recuerdos que me durarán toda la vida. Conozco Zaragoza. Salgo por allí de marcha con mis compañeros reclutas. Me eligen para sacarme el carnet de camión. En esos momentos aún no lo se, pero eso será determinante para mi futuro familiar y laboral.

El Alterón.

Al acabar la mili me paso en esa fábrica de placas de escayola dos años de mi vida. Nunca en mi vida he trabajado tan duro. Es una cárcel. Explotadores. Encargado necio y deshonrado. Me despido. Doy quince días. Me saco el carné de remolque.

Noviazgo.

Mientras trabajo en la empresa anterior conozco a la que será mi esposa. Aprendo a ceder. Aprendo a negociar. Aprendo a amar. Por primera vez no soy yo solo. Ahora hay alguien que me importa más que yo mismo. La vida comienza a adquirir un matiz que nunca antes había tenido. De improvisto y para sorpresa de todos, salgo de viaje para Alemania. Comienzo finalmente a trabajar en el oficio que me dará de comer ese momento en adelante.

Boda.

Mi vida da un giro total. Por primera vez no trabajo por obligación, lo hago para mantener una familia. Aprendo a compartir. A compartir. A ceder mucho más de lo que antes nunca había cedido. Mi armario ya no es mío, también es de ella. En realidad ni siquiera mi casa es mía. Comienzan los mejores años de mi vida…aún continúan.

29 de Noviembre de 2010.

Por primera vez comprendo que toda mi vida ha sido un camino de migas de pan hasta llegar a este momento. Soy feliz.

Y ahora vosotros. ¿Os atrevéis a escribir vuestra micro-biografía? Los que lo hagáis obtendréis un enlace en esta entrada jejeje

Admiración e ira.

Sentado veía moverse las hojas de los árboles a voluntad del viento. Siempre había deseado renacer en la forma de uno de esos maravillosos seres vivos, que permanecían impasibles en el transcurrir de los años, y que desde su inusitada altura, observaban embobados los quehaceres diarios de esos diminutos seres, los humanos, que unas veces sin querer, otras queriendo, tanto mal les habían hecho a lo largo de su insignificante historia.

Lo miraba desde la altura, desde la razón que da el saberse más sabio, más viejo y más poderoso. Era extraño que algo tan insignificante, algo tan rematadamente irrisorio como aquel ser humano, se hubiese convertido finalmente en la espada de Damocles de toda la biosfera conocida. Si pudiera, se dijo, sacaría una de las raíces y lo aplastaría en este preciso instante.

Suicida

Para sorpresa suya se encontraba en un lugar paradisiaco. No alcanzaba a comprender qué había pasado, pero lo cierto era que aquello, lejos de ser el infierno, bien parecía el mismísimo cielo.

De pronto un ruido ensordecedor comenzó a inundar el aplacible silencio en el que se encontraba. A lo lejos, perdida todavía en la lejanía del horizonte, alcanzó a ver una gigantesca ola que se acercaba a él a una velocidad escalofriante. En pocos segundos la ola estaría allí mismo.

Entonces lo comprendió, moriría ahogado. Y eso sucedería durante toda la eternidad, una y otra ,vez sin posibilidad alguna de clemencia. El infierno no era un lugar, sino más bien un momento, el de tu propia muerte. Y él, por suicida, estaba condenado a revivirlo para toda la eternidad.