El Mosquitero

Un bloguer-camionero. Sin más…

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Firma para que las Redes Sociales denuncien la Pornografía Infantil

Hoy simplemente una sencilla petición que ya hice en mi twitter a raíz de descubrirlo mientras curioseaba en una conversación entre @mmadrigal y @yoriento en la que se pide una inocente firma para pedir que las Redes Sociales también denuncien, como sus usuarios, la pornografía infantil que puedan detectar ellas mismas en sus servidores y usuarios.

Ellas, las Redes Sociales como Twitter, Facebook o Live Spaces, actúan bajo la jurisdicción USA que no obliga a las empresas a denunciar los casos de pornografía infantil o abuso de menores que reportan los usuarios, ni a ser proactivas y poner medios para evitarla. Normalmente los pasos que siguen todas estas Redes Sociales cuando un perfil cualquiera es denunciado por un usuario son los siguientes:

  1. Desactivan el perfil.
  2. Envían los datos a http://missingkids.com
  3. Separan las denuncias de USA de las del resto del mundo
  4. Las del resto del mundo son enviadas a las embajadas de los países que tienen acuerdos de colaboración con la susodicha asociación (España no lo tiene) y el resto quedan olvidadas.
  5. Los datos de los infractores quedan a resguardos durante unos meses (dos o tres) por si hubiera requerimiento judicial. Si no llega sencillamente los datos son eliminados.

Estos pasos en sí mismos no solucionan el problema, sino que más al contrario lo agravan, ya que complican los pasos a seguir y eternizan los cauces por los que una denuncia llega a buen puerto. Por ello os pido a todos los lectores del blog que firméis esta propuesta en la página que existe para tal efecto y así convirtamos las quejas en un movimiento verdadero que aporte algo más que un simple y caduco post en nuestros blogs.

Clica aquí para firmar.

Blogs que luchan contra la pornografía infantil

Ahora que se acercan las navidades y todos tenemos en mente a los niños que pululan a nuestro alrededor, deberíamos pensarnos si no nos vendría mal un poco de concienciación ciudadana en lo que concierne a la seguridad de los mismos en la Red. Lo digo, más que nada, porque hay unos cuantos blogs que suelen tenerlos presentes no sólo en Navidades, sino a lo largo de todo el año, y sufren de la indiferencia de quienes estando a su lado en este mundillo cibernauta, obtienen como única gratificación un tuit, una palmadita en la espalda, o un vacío e inerte “gracias por la lucha”, que a fin de cuentas en nada ayuda a quienes de verdad necesitan de acciones y no de palabras; los niños sodomizados.

Si, ya se que todos ustedes son partidarios de mandar a la cárcel a todo cuanto se atreva a vejar a un niño o traficar con imágenes en las que se lo sodomice, pero qué quieren que les diga, un post, una referencia, un grito de hartazgo de parte de sus bitácoras y tuits bien podrían servirle a algún que otro niño para ser salvado de las manos de sus sodomitas. Y a ustedes les quedaría la satisfacción de haber convertido su blog, o su time-line, por un día, en algo más que el pupitre sobre el que se sienta su insatisfecho ego.

Tal vez nos demos cuenta de cuanto bien hacen esos pocos blogs, que a diario luchan por los derechos de los niños, cuando un buen día, vencidos y desmotivados, decidan cerrar sus puertas y arrojar la toalla. Esos blogs que ustedes pasan por alto a diario y a los que conceden tan sólo un mínimo de atención residual, son bitácoras que seguramente habrán hecho más bien al mundo de lo que hayan logrado conseguir los suyos. Y sin embargo, malviven en la indigencia del ostracismo cibernauta ahogados por un frenesí de noticias que sepulta sus logros, y conviven con el vacío que nosotros mismos les hacemos al no hacerles si quiera una simple referencia que haga, que otros además de nosotros, conozcan de su existencia y lleguen a interesarse lo suficiente como para sumarse a ellos. Sería un detalle por su parte, si no les es mucha molestia.

Tal vez un enlace, un gracias y alguna que otra denuncia, cuando caigan por error en lugares en los que los niños ven el infierno en la tierra. Sería bonito, en plenas fiestas navideñas, contemplar la cara de quienes ya se saben solos en la defensa de los niños, mientras otros como ustedes se deciden a pasar de la simple lectura a la referencia, la opinión y la denuncia, y les hicieran comprender, que aunque solos, en realidad sí que han influido en algo en ustedes concienciándolos y haciéndoles comprender que ésta lucha no puede ser de ninguna manera una pelea de unos cuantos, sino que todos debemos aportar nuestro granito de arena.

Se que hablo para las paredes cuando escribo de estas cosas. Sus ojos pasarán los renglones de prisa, intentando abarcar con los ojos lo que sus mentes no son capaces de absorber del tirón, mientras se quedan con cuatro o cinco frases de referencia, que ustedes creerán son el alma del post que acabo de escribir, al tiempo que pasan raudos a su siguiente lectura diaria. Yo sencillamente esperaré a ver cual es el resultado de esto y me limitaré a apuntar cuantos de ustedes decidieron, una tarde de miércoles, que un gracias bien valía un post que se convirtiera en abrazo para todos ellos.

Pero lo malo de esto es que espero desesperanzado…

Días empapelados de Domingo

Hay días como hoy en los que uno se da cuenta, repentinamente, de que el inmovilismo al que veía abocado tanto a la sociedad como a sus instituciones político-periodísticas no ha sido más que un espejismo lacónico que poco a poco va desapareciendo de la realidad en que todos vivimos. Días en que desaparece esa precaria obcecación por el aborregamiento ciudadano, la evangelización periodística y la telebasura tintada de corazones rosas. Días en que uno amanece alegre, disperso entre agradables lecturas y regocijado al contemplar como el buen hacer vuelven a colmar las expectativas de este humilde y muchas veces confundido observador del mundo que lo rodea.

Pareciera que hoy hubiese despertado en un mundo distinto del habitual. Tal vez en uno de esos mundos que sustentarían la teoría de cuerdas y que demostrarían que en verdad sí que pueden haber distintas realidades paralelas a un mismo tiempo. La misma aparición de unas cosas llamadas neutrinos que podrían echar abajo la teoría de la Relatividad Espacial de Einstein son la prueba de ello. Días en los que uno despierta en un mundo en el que la luz ya no es lo más rápido del universo. Días en que queda demostrado que los viajes de aquel mítico Delorean podrían ser perfectamente posibles…

En esta semana han coincidido multitud de noticias que han dado un vuelco en la vida de millones de ciudadanos. Algunas como siempre han acrecentado el desconcierto, la incertidumbre, la ofuscación de un mundo globalizado que ansía de nuevo el localismo de antaño para escapar de una crisis en la que ningún gobierno puede meter mano por sí solo. Otras, en cambio, le han servido a este humilde observador para recuperar la fe, esa que quieren potenciar de nuevo tanto Ángel como Senovilla con su iniciativa de Octubre que va para su tercer aniversario, en unos medios de comunicación más versados en la simple información.

Noticias que le han devuelto a uno la sonrisa y la esperanza en una televisión alejada del averno convertido en cotilleo insultante e inventivo. Hechos, que no palabras, que conducen a televisiones y periódicos más centrados, menos radicalizados y más instructivos para quienes desean consumirlos en la privacidad de sus hogares.  Noticias que ayudan a la distensión opinativa y permiten un relajo mayor, que deriva en posicionamientos menos radicalizados, más proclives al entendimiento y por consiguiente certeros en sus conclusiones finales.

Que se haya acabado DEC. Que aparezca una entrevista distendida, relajada y centrada, sin quitar mordiente y picardía, en un periódico como El País y cuyo entrevistado sea el malvado y apocalíptico Rajoy. Una entrevista que servidor pueda leer completa sin apartar la mirada, una que le permita a uno comprobar fehacientemente hasta qué punto unos y otros puedan tener razón en sus planteamientos y descubriendo así contradicciones que lo ayuden a uno a tener un criterio propio más cercado a la realidad…

En fin, que hay días en que al final todo parece menos abocado al fin del mundo. Días en que de verdad agradece uno amanecer amartelado, risueño y arrebatadoramente inocente. Aunque esos días todavía tiñan algunos de sus amaneceres con los dolores que sólo las Redes Sociales podrían acrecentar a la velocidad del neutrino.

Días, al fin y al cabo, empapelados de Domingo.

Pedofilia, pederastia, anorexia y bulimia, los problemas de la Red de Redes

Pasa el tiempo y los temas escabrosos que rodean a la Red de redes, pedofilia, pederastia, anorexia y bulimia, continúan tal cual los descubrimos un día hace ya años. Y lo que es peor, acentúan su nocividad en la misma proporción en que aparecen más puntos sociales con los que “compartir”, cuando no “traficar”, con imágenes y vídeos.

Pasan los años y lejos de estar más cerca de acabar con esa lacra, o al menos con su inaudita proliferación en las redes sociales que tanto gustan a los menores, nos encontramos con la cruenta realidad que nos dice que en cierto modo hoy es más sencillo acceder a la documentación perniciosa que en esos círculos se maneja de lo que lo era cuando todo esto se destapó. Que el tiempo todo lo cura es una verdad que es válida para multitud de situaciones. En este caso en lugar de “curar” deberíamos cambiar el verbo por otro; empeorar.

Como bien dijo ayer Marcelino, ya hasta en Twitter hay pederastas que circulan por la red de redes micro-blogianas. Y lo peor, es el mismo Twitter quien nos facilita el acceso a ellos sin problema ninguno. Nos los recomiendan como se recomienda un plato en la carta de un bar. Como nos recomiendan a nosotros a otros usuarios. Sin pudor alguno. Sin filtros que discriminen los resultados que pudieran atentar contra sus propios códigos de conducta. Lo mismo de antes es válido para el caso de la anorexia y la bulimia.

Y mientras tanto las cosas empeoran con el tiempo. No estamos más cerca de acabar con esas lacras, sino más bien más lejos. Se habla menos de ello, se silencia, se ridiculiza. Los blogs que otrora se sorprendieron por la buena acogida que les brindaba la sociedad cibernauta a sus denuncias alrededor de estos temas, sufren hoy el escatológico ninguneo de quienes irresponsablemente se desentienden de todo ello, al tiempo que justifican su distanciamiento en tristes escusas de mal pagador que no sirven más que para poner un enorme interrogante en la cara de quienes nos sorprendemos al leer semejantes barbaridades.

En estos momentos está pasando una manifestación anti-taurina por debajo de mi casa. Gritan, chillan, silban y se desviven por animales de cuatro patas que nunca les podrán dar las gracias aunque de su mano haya salido la fuerza para salvarles de una muerte indigna y tormentosa. Sin embargo a ninguno de ellos, a ninguno de esos que veo pasar bajo mi ventana, los veo capaces de mandar una denuncia a la policía en caso de encontrarse con una foto de una niña en pelotas.

No critico su protesta, pero no los veo tan concienciados con sus congéneres como lo están con los astados. Sencillamente tienen el punto de mira cambiado. Tan cambiado como cualquiera de los que por aquí habitamos. Tan errado que creen que por hacer lo que hacen son mejores personas que los animales que matan otros animales. Tan ingenuos que olvidan de donde y cómo llegaron a parar las pechugas de pollo al mostrador del supermercado. Tan inconscientes que ni siquiera se preguntan por cómo vivió y murió aquella miserable gallina que se prestan a cocinar en su casa.

Tanto mal en este mundo y tan pocas personas empecinadas en combatirlo. Tan pocas personas concienciadas y tanta gentuza con la que combatir a diario para no dejar que semejante lacra caiga en el olvido. Hay ejemplos clarísimos de lo que digo. Uno es claro y contundente; Julia Otero lleva semanas denunciando lo del toro de Vega. Ni una sola vez la he oído hablar de pederastia salvo cuando en ésta aparecían curas.

Si estas personas, opinadores profesionales y buques insignia de la opinión públicas, actúan de forma tan negligente, ¿cómo podemos esperar que sus acólitos lo hagan de otra forma? Al final la única forma que hay para que uno se conciencie y despierte del aborregamiento que sufre, es la más triste y denigrante que existe; que aparezca un familiar con uno de estos problemas.

Entonces y sólo entonces parece que la gente se da cuenta del ingente problema que todos tenemos encima…

Pornografía Infantil y la historia del Señor I

¿Opiniones?

Esta es la pregunta que el bueno de Marcelino Madrigal nos ha hecho a algunos en twitter a cuenta del post que ha escrito y en el que denuncia la naturalidad con la que, como ya hemos dicho aquí miles de veces, los pedófilos intercambian pornografía infantil en las Redes Sociales (Faceboock y Live Spaces principalmente).

Mi respuesta.

Al principio sólo me nació el silencio. ¿Qué más podría decir sobre lo expuesto en su blog? Después, derrotismo en estado puro. Muchos retuits, muchos «es una aberración«, pero pocas acciones encaminadas a acabar con semejante lacra.

Más tarde desánimo.

La misma Red Social que no hace caso de ese tipo de denuncias. La misma que se arroga una representación ciudadana de la que carece. Esa que ante semejantes denuncias no duda en tildar de pesados a quienes las formulan. La misma que acaba haciendo unfollows porque te conviertes en cansino con esos temas. Esa misma Red Social pierde el culo en protagonismos de pandereta, populistas, encaminados a la idolatría del retuit, el hastag y el follow masivo.

¿Opiniones?

Yo te daré una Marcelino. Hartazgo, asco, cansancio, desconfianza y terror. Porque amigo mio esos mismos que hoy enarbolan no se sabe qué bandera democrática son los mismos que pasan de puntillas sobre tus tuits y denuncias. Los mismos que piden con efervescentes energías la unión de un pueblo en aras de no se sabe muy bien qué objetivo común, pero que acto seguido olvidan ese poder para ayudar de verdad a acabar con una lacra que afecta sin remedio a miles de niños desprotegidos.

Cansado amigo. Cansado de los que te ponen un comentario, te hacen un retuit y creen que con eso han cumplido. Harto de quienes sólo saben de hacer posturitas para parecer, que no ser, los más honrados del Time LIne.